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28 janeiro, 2007

Piquena Saltasonhos
“…Y no te preocupes, que mi dosis de locura, por no ser, ni real es, apenas pertenece a ese mundo imaginario donde voy a ser feliz, cuando me canso de vivir en este…”

Nas horas amargas,
quando não quero estar aqui,
se não sei o que fazer,
quando quero estar só,
se não estás,
quando a brisa de Inverno corta os lábios,
se o dia é cinzento,
quando o sol brilha bem alto,
se as lágrimas não devem correr,
quando o ódio invade o corpo,
se algo me preocupa,
quando há que decidir,
nas horas calmas,
quando quero ser feliz,
salto.


Gracias, pequeño Saltamontes.

25 janeiro, 2007

E lá foi o sapo
(o Oscar Casanova)

Não sei para onde, mas pouco importa, seguiu o seu caminho.
Voltaremos a encontrar-nos, ou não.

24 janeiro, 2007

Mi confidente

Quando um nó me aperta a garganta,
quando o estômago se me encolhe, comprimido,
quando as lágrimas me correm pelas faces,
quando a raiva me inunda o corpo;
quando o brilho se instala nos meus olhos,
quando a alegria decora o meu sorriso,
quando o sol ilumina o meu caminho,
quando quero, apenas estar contigo;
o branco, invadido de um negro decorativo:
desfaz o nó, descomprime o estômago,
seca as lágrimas, esvazia a raiva,
engalana o brilho, robustece a alegria,
aclara a luz e traz-te até a mim.

22 janeiro, 2007

No llovía en Barcelona
Estaba un tiempo fantástico

Me gusta oirlos hablar, escuchar el castellano, el bullicio que hay en el aeropuerto, que parece que nunca duerme, las colas de gente esperando taxi, el Señor que organiza los taxistas para que no se atropellen. Me encanta acompañar la maleta, que me lleve, mirar a todas partes para encontrar quien me viene a recoger, encontrarlo, los besos, los abrazos apretados porque tenía ganas de verte, las preguntas y respuestas, las novedades porque las hay. Me gusta oírla ladrar, desesperada por una caricia, el brillo en los ojos de la yaya, porque llega su nieta, la charla tonta de 20 minutos de sala que hay que hacer, el repetir interminablemente que están todos bien. Me encanta dormir a su lado, como nunca lo hice, observar los momentos estáticos de nuestras vidas que existen en casa, en esa que será siempre mía, abrir la puerta de la habitación y recordar la infancia y saber que acabó. Me gusta la cara de sorpresa que se les pone al verme llegar, porque no se esperan ni mi presencia ni mi calma habitual, el cariño que me tiene porque soy su sobrina, aunque no lo fuese, que no me de dos besos y a los 20 minutos me pregunte si me quedo a dormir, la espera que proporciona una charla que no existiría. Me encanta dejarla estática, sus ojos emocionados con lágrimas de felicidad, las ganas de enseñarme su niña, el cariño que me tiene, su respeto, la admiración que le tengo, que me digan que nos parecemos, que le recuerde la Pi aunque no la conozca, aunque ni siquiera la entienda. Me gusta que hable conmigo, que saque lo que lleva dentro, que vayamos de paseo, que me pidan opinión, que me llame para cenar, que cenemos todos juntos, que espere a la puerta de casa para que suba, que me recuerde que debía haberme llevado la llave, que no me despierte a las nueve porque estoy cansada, aunque se lo pida. Me encanta que entienda que quería verla, que esté segura que será la primera la próxima vez, que sepa que la quiero porque la quiero, que no olvido que es mi madrina, que pensaba que lo sabia, que me pregunten quien me lleva al aeropuerto, porque si hace falta te llevo yo. Me gusta que vaya cantando todo el camino, la manera como se ríe, porque nunca la vi reír tanto, que recordemos, que me lleven a la puerta de embarque, que esperen que pase el control, mirar y verlos allí y poder decirles adiós, pero odio, odio tener que volver.

18 janeiro, 2007

La puta vida, me ha hecho un regalo

Ya me iba, pero antes, como siempre, voy a ver el correo para poder mentalizarme que de dos una: o doy los 200 e-mails de trabajo como leídos – que al final las volveré locas; porque un día que me lo escriban y el otro que me llamen avisando y el tercero, que las dos cosas - y punto, o ponerme a leerlos - como si no tuviese yo nada más que hacer - y me lo encuentro. El asunto: Enhorabuena.
Tengo claro que la estoy engañando, a ella y a mi, que no tendré vacaciones hasta final de Febrero, a no ser que me manden a la calle – que tampoco tardará mucho – porque la ley de Murphy (léase, mi incompetencia, falta de capacidad, mala suerte o la madre que me parió) ha decidido querer santificarse y me ha escogido para realizar su milagro. Pero al final, habrá remedio, que no solución.
Todo se mueve menos yo, que tampoco me importa mucho no moverme, porque no quiero hacerlo, que estoy bien aquí. Pero me fastidia que el resto no pare, porque no me deja estar quieta. Que al final me muevo, pero porque me están empujando y no puedo pararlos, ni debo, ni quiero, pero que no me empujen.
No puede venir, y me jode, primero porque quería ir con ella, y segundo y tercero también y después porque ella quería venir. Le cayeron las lágrimas al oírla. Cuando me lo contó recordé: la dejó con 3 años, era la pequeña y por eso la preferida, la que havia que querer más, la que tenia edad para ser mimada. La recogió en casa con 18, con su rebeldía, su inconformismo y la tontería propia de la edad. La escuchó siempre que ella quiso hablar, la aconsejó con prudencia. A los 32 la consoló, a su niña, y le dijo medias verdades, las otras se las guardó porque hacían daño. La ayudó con 36, haciendo los cafés, limpiando las mesas y cortando el pan del bocadillo en línea recta. Y ahora, ahora quería estar con ella, darle un beso interminable y un abrazo apretado, disfrutar de su sonrisa, cogerle el fruto en sus brazos y enseñarla a cambiar el pañal.

La puta vida me ha hecho un regalo. Me ha llegado un e-mail avisando que este fin de semana, puedo volar a un destino europeo, apenas pagando tasas, impuestos y cargos de gestión, con un acompañante. Y no quería ir con nadie, quería ir con ella, a casa, a que conociese a su sobrina, a que abrazase su hermana, a que llorase de alegria y me recordase el anuncio de cava. La puta vida me ha hecho un regalo, que está medio envenenado.

16 janeiro, 2007

¡Siempre jodiendo, la puta vida!

12 janeiro, 2007

Gostava de ser diferente
Y pensé, y yo también.

Gostava de ser sol
para iluminar o mundo,
e rosar-te a face
e aquecer-te a alma
e oferecer-te sorrisos,
sem saber quem és.
Gostava de ser lua
para abrilhantar o céu,
e desenhar-te um postal
e adornar-te o mar
e ensinar-te o caminho,
sem saber quem és
Gostava de ser nuvem
para adoçar o infinito,
e esconder-te o sol
e esconder-te a lua
e relembrar-te a infância,
sem saber quem és.
Gostava de ser chuva
para molhar os rostos,
e refrescar-te o corpo
e humedecer-te a pele
e fazer-te renascer,
sem saber quem és.
Gostava de ser vento,
para voar sem rumo
e poder acariciar-te
e poder acarinhar-te
e não te sentires só
sem saber quem és,
porque não importa.

07 janeiro, 2007

Un árbol de hoja caduca, y los últimos días de otoño
(Me) Siento


Deslizaban suavemente al compás del viento, y cubrían como un manto el camino. Él las veía soltarse, sentía una a una como se desprendían de sus ramas, tan natural y dolorosamente. Yacían intactas en el suelo apenas escasos instantes; los transeúntes sin pudor, se habrían paso aniquilando sus formas y colores, transformándolas en añicos. A él, cabía la ingrata labor de presenciar como parte de su esencia se desvanecía un día tras otro. Y con la llegada del invierno, ya nada restaba, su desnudez era patente, era llegado el momento de esperar por una nueva primavera, que precedería, un otoño más.

06 janeiro, 2007

La nieve

Hacia mucho frio y parecíamos auténticos muñecos de nieve; entre guantes, bufanda, gorro y el anorak impermeable. Bajamos la calle Pare Llaraudor con cuidado, pero no el suficiente para evitar un “culetazo”, porque la nieve, blanco y fria, resbala. Como todos los años el brillo se había instalado en nuestras pupilas, y más estando en su compañía, caminaba como si fuese la persona más importante, feliz y orgullosa del mundo. Nos situamos en la Ramblas, como siempre – creo recordar – rodeados de otros niños y padres, que también se preparaban para recibirlos y recoger los caramelos multicolores que repartían. No me gustan los empujones, ni el estirar de brazos, ni los gritos pidiendo: “tira para aquí”; pero me encanta ir a ver la cabalgata, saludar a los Reyes y a sus pajes, sentir la ilusión que se respira en el aire y de la cual yo también soy dueña. No recuerdo nunca haber creído en su existencia, a pesar de aún hoy no dudar de ella. Cuando acaba el desfile, se substituye la tristeza por la emoción y el ansia de abrir los regalos la mañana siguiente, de encontrar lo que se quería, lo que se escribió pidiendo.

Todo era mágico y perfecto. Los Reyes llegaban, el suelo estaba cubierto de nieve y mamá había venido, nada más importaba; ni los caramelos, ni los regalos, ni el frío.

04 janeiro, 2007

O trevo

Às vezes, de tão preocupados que estão com as folhas, até esquecem as arvores e em alguns casos, chegam a olvidar a floresta. Os detalhes, os maus detalhes me perseguem, mas semprei gostei de acreditar que os contextualizava, espero faze-lo. Às vezes, é como se procurassem um trevo de 4 folhas pelo bosque e acabassem deitados no chão, golpeados na cabeça, por ter ignorado o tronco da centenária árvore, que os protege do sol.

03 janeiro, 2007

A veces no se si la gente es cruel o tonta; o si yo soy una amargada malpensada o una visionaria; o si todo y nada a la vez.

01 janeiro, 2007

Te lo regalaría
(pero me educaste con demasiadas convicciones, por eso te quiero aun más)

Supongo que más que de una vez se habrá preguntado el porqué, y es que no se lo merece, o no la merecemos. La vida, que nunca es la vida, la privó de sus hijos y ahora sus hijos, la privan de sus nietos. Hoy, me gustaría ser una ”chica normal”, de esas que tanto desprecio, que apenas esperan de la vida un buen marido y una parejita de nenes, de las que son felices cuando su “Pichurri” las lleva al cine y se emocionan hablando del primer pasito de Joselito. Supongo que más que de una vez se habrá preguntado el porqué, yo me lo pregunto hoy.