>

15 julho, 2010

¡Somos Campeones del Mundo mundial!

Recuerdo que tomé consciencia que no era española y no me llamaba Sandra, el día que descubrí, que para ir al campeonato de voleibol en Suiza, no iba a sacarme el DNI en Comisaría, pero el pasaporte en el consulado portugués. Recuerdo no entender porque mi nacionalidad tenía que ser herencia de un padre que, en razón, no conocía, a pesar de poder localizarlo en cualquier fotografía, por más invitados que tuviese la boda. Recuerdo no saber nada de Portugal, de no tener el mínimo interés por saberlo y de pensar que era apenas un pequeño país con hombres no muy altos, de pelo rizado y bigote. Recuerdo ver los partidos de futbol con el Yayo, que siempre vaticinaba con acierto: “si no marcáis, nos van a marcar” y aquel memorable España – Malta para la calificación de la Eurocopa de 84, en que “aparecieron” los 11 goles de diferencia necesarios para llegar a la competición; la euforia se paseaba con nosotros por el comedor de casa. Recuerdo la alegría que se respiraba en el cole el día que anunciaron, y pudimos ver en directo, que Barcelona seria ciudad olímpica en 92 y como pensé que sería maravilloso hacer parte de algo así. Recuerdo que lloré los 1.300 quilómetros que distan entre Terrassa y Brejos de Azeitão, en un viaje demasiado largo que me separaba de todo lo que conocía y amaba. Relembro ouvir vezes sem conta: “Não gosto de espanhois” cada vez que a minha pronuncia me denunciava, fruto da teimosia de uma adolescente que sabia as suas raízes. Relembro a escolha que fiz no secundário, certa que seria o meu passaporte de regresso à Patria, mesmo consciente da diferença de carga horária e da ida para a Faculdade. Relembro acabar de joelhos frente à telvisão, no dia em que España foi injustamente eliminada do Campeonato da Europa de 96 frente à anfitriã, incapaz de decidir se chorar, se libertar a alma destruindo o maléfico aparelho; acabou certamente em mais uma bebedeira histórica de tempos universitários. Relembro ter vivido o meu sonho profissional, pela vantagem de ser bilingue, numa empresa portuguesa de capital espanhol, que me mostrou o pior e o melhor de dois mundos. Relembro o Campeonato de 2004 e o duelo Portugal – España que perdemos, confiante que estava, que acabariam por pasar as minhas duas equipas, um erro de cálculo fez-me sofrer apesar de tudo, até à Final. Relembro a final de 2008 y recordaré siempre la de 2010, a pesar de saber, que yo, no soy española.