Te quiero mucho

Nunca perderé esa manía de repetírtelo cada vez que hablamos, porque la vida ya se encargó de enseñarme, que por mucho que parezca que no le das importancia y me cuelgues enseguida, como huyendo, sientes cada palabra.

Mujer de fibra, sin miedo,
con sangre que parece helada,
dedicas tu vida a quien amas.

Feliz cumpleaños, yaya.