Dando vueltas he pasado por los mismos lugares,
sin querer,
sin buscar y, como en mi vida,
sin parar.
Cuando no hay destino
tenemos la ventaja de no perdernos
y la desgracia de no encontrarlo.
Y cuanto más me acerco,
donde quiero ir,
más despacio voy,
mas me detengo,
más me asusta y,
más vueltas doy negándolo.
Y sé que así no arreglaré nada,
no dejaré de dar vueltas,
pero tengo miedo de admitir a mi,
y al mundo,
que estoy despertando,
que lo estoy entendiendo,
y que tiene razón,
el mundo, y claro, vosotros.
Estoy asustada,
porque cuando se busca,
no se encuentra,
quien mucho elige,
poco acierta,
y porque al final lo viví todo en mi mundo perfecto,
lo vivo, como quiero,
y no será así,
pero ya no es suficiente
y estoy asustada.

SBD 19.04.2006

Creo haber vuelto al punto de partida, ese que siempre senti mi casa.